Comparto en el blog, y con el permiso del autor, el discurso que Ignacio Doadrio Villarejo pronunció en su nombramiento como Pastor Mayor de los Montes de Luna. Es un discurso lleno de contenido naturalista, etnográfico, antropológico, etc…, profesional y emotivo. Os animo a su lectura.
Estimados representantes de la Diputación de León, estimados alcaldes, querido alcalde de los Barrios, queridos rabadanes, señoras y señores.
Constituye para mi un honor y una gran responsabilidad este nombramiento de Pastor Mayor de los Montes de Luna. Pero he de reconocer que me produce también una enorme satisfacción, por ello quiero dar las gracias a la corporación del ayuntamiento de los Barrios de Luna. Pero también quiero agradecerselo a la gente de Luna y de la Montaña de León que supieron inculcarme con poco más de 15 años el cariño por esta tierra y descifrarme sus fantásticos paisajes en términos de un sabio aprovechamiento de los recursos.
Gracias a esos “alimañeros”, guardas, cazadores y taxidermistas como Solís, Domingo, Pepe, Mauro, Ángel, José, Lolo, Saturnino, Félix, Jaime, Toni, Carlos, Paulino, etc.(1), que me enseñaron los secretos de la vida natural que se esconde en los montes leoneses. Eso que nos mostraba a una generación Félix Rodríguez de la Fuente en la televisión y que yo, además, veía en el mundo real a través de los ojos de sus protagonistas. Pero las montañas de León y sus habitantes me enseñaron también mundos sorprendentemente diferentes, el poder del hombre para transformar el medio en el que vive: explotar sus recursos hasta que se agotan, léase industria del carbón o del mercurio, inundar vegas y tierras fértiles a través de los embalses, como este de los Barrios, fragmentar el territorio con autopistas, o por el contrario aprovechar los recursos de forma duradera y sostenible a través de una ganadería extensiva y en muchos casos trashumante. Una ganadería que mantiene la diversidad, engalana los paisajes y conserva una cultura rica y ancestral.
Gracias a esos pastores de extensivo, trashumantes o no, algunos de ellos aquí presentes como Cándido, Longinos, Abel, Adolfo, Santiago, Antonio, José, Manolo, Elías, José Miguel, Manuel, Marcelino, Andrés, Miguel, José Luis, Eladio, Herminio, Leandro (2) y un largo etc. Familias de vieja raigambre ganadera como los Morán, Morán-Prieto, Bango, Suárez… que me han ayudado a comprender que conservación del medio natural y pastoreo pueden y deben caminar juntos. Muy especialmente debo agradecer las enseñanzas de mi familia de adopción, los Martínez, encabezados por Sixto(3) y también a Gregorio y Violeta(4) que deben de estar pensando que mi agradecimiento es porque me enseñaron algo sobre mastines, nada más lejos de la realidad, Gregorio, de vosotros he aprendido algo más importante y es cómo los leoneses pueden luchar incansablemente por la dignidad de su profesión de pastor. En vosotros parece renacer el espíritu batallador de aquel Bernardo del Carpio que puso en jaque al Rey Alfonso por liberar a su padre.
En este capítulo de agradecimientos no debo olvidarme de que pastores y ganaderos me enseñaron casi todo lo que sé de Mastines y digo casi todo porque la otra parte me la enseñó ese gran criador y valedor de las razas caninas leonesas que es Amadeo Alejandre(5). Pero antes de continuar con este discurso quiero tener un emocionado recuerdo por mi amigo y compañero de tantos viajes, el biólogo Santiago Reig(6), que perdió la vida subiendo por estas montañas de Luna.
Es bien conocida la importancia de la diversidad geológica y biológica de los montes de Luna con sus bosques de hayas, melojos, robles o tejos y entre los que destaca el sabinar más occidental de Europa. Su importancia por albergar especies singulares como las liebres de piornal o el desmán, ese raro topo de río que vive en las aguas de sus arroyos. También es conocida su posición clave como corredor biológico para numerosas poblaciones animales del occidente y oriente cantábrico. De hecho los montes de Luna han sido un factor esencial para la recuperación de las poblaciones de oso cantábrico poniendo en contacto los dos núcleos poblacionales, y debiera serlo en un futuro para el urogallo cantábrico, si es que éste se recupera con las transformaciones que sufre hoy día la Cordillera Cantábrica.
Y el mantenimiento de esta diversidad biológica, se debe a un aprovechamiento sostenible y tradicional de los recursos, principalmente a través de la ganadería y en los montes de Luna de la trashumante. Una actividad conocida en Luna desde al menos 2.000 años antes de Cristo. Por este motivo, la Trashumancia ha sido objeto de infinidad de análisis históricos desde que se publicara, hace ya casi un siglo, la fascinante obra de Julius Klein sobre la Mesta. Estos estudios pusieron de relieve la importancia de la trashumancia en la economía española durante 600 años, sus implicaciones sociológicas, culturales y etnográficas. ¿Pero es la ganadería extensiva y la trashumancia una cuestión exclusiva del análisis histórico, residual en la actualidad y condenada a desaparecer
Desde hace más de dos décadas algunos, entre los que destaca otro pastor mayor, Jesús Garzón, venimos intentando explicar que la ganadería extensiva en España y la trashumancia no son modelos ya inútiles de aprovechamiento de los recursos, sino necesarios frente a los retos que plantea la sociedad del futuro.
Hay cifras que así lo indican. Estas cifras nos dicen que la Agricultura convencional consume un 70 % del agua dulce disponible y que muchos de los productos de esta agricultura van destinados a alimento para el ganado. Teniendo en cuenta que en el 2030 la demanda de alimentos se incrementará el 50%. Esto supondrá un mayor consumo de agua que pasará a ser un bien cada vez más escaso.
Por tanto, la escasez de agua provocará un aumento del precio de los piensos, lo que encarecerá enormemente el gasto en las ganaderías de carácter intensivo. Ante este futuro previsible la agricultura familiar y la ganadería extensiva será beneficiada de forma inmediata como sugiere la FAO.
Si a ello unimos el valor ambiental de la ganadería extensiva frente a la intensiva, su capacidad de fertilización de los campos y renovación de los pastizales, su función para prevenir incendios, su poder de diseminar semillas, la producción de alimentos de alta calidad, la conservación de recursos genéticos animales, la formación de ecosistemas únicos, como las dehesas…. La ganadería trashumante es una esperanza y un valor de futuro en un mundo y una España acuciada por problemas ambientales, debidos a usos que empobrecen los recursos naturales y a los efectos del cambio climático y el calentamiento global.
Sin embargo, y a pesar de estas cifras, que indican la necesidad futura de una ganadería extensiva este discurso suele provocar un cierto escepticismo en la audiencia y en los propios ganaderos.
Lo mismo ocurría con los Mastines en los años 80, una época donde el lobo había descendido enormemente en su número y la Asociación de la raza del Mastín promulgaba que éste desaparecería si no se criaba como animal de compañía por la ausencia del lobo y que su función era, igual que la trashumancia, un testimonio, una caricatura de un pasado glorioso. Unos pocos muy pocos explicábamos una y otra vez que con las nuevas normas de protección ambiental, el aumento del matorral por abandono de la ganadería y el aumento de su presa favorita el jabalí, el lobo aumentaría y mastines y pastores serían imprescindibles en las ganaderías extensivas.
Nadie previno esa situación, lo que ha creado numerosos conflictos, pero hoy día es más necesario el mastín que hace 30 años y notablemente un mastín más sano y funcional. Si, un mastín sano y funcional. Un mastín que cada vez es más solicitado para prevenir daños del lobo dentro y fuera de España.
Señores, que no nos pase lo mismo con la ganadería extensiva y la trashumancia dentro de 20 años. Empecemos ya a reivindicar este tipo de aprovechamiento de nuestros recursos.
Porque la ganadería trashumante es una forma de aprovechar los pastos de montaña de una manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Porque la trashumancia ha dado origen a numerosas razas de ganado como la oveja merina y el mastín de León. Porque la ganadería extensiva genera más empleo y es menos dependiente de los piensos.
Sin embargo, a pesar de este indudable valor ambiental siguen siendo insuficientes los apoyos que la ganadería extensiva recibe de los organismos dedicados a la conservación de la Naturaleza. A veces incluso y paradójicamente creándose conflictos entre quienes han generado y mantienen la diversidad de nuestras montañas (ganaderos extensivos) y los organismos que quieren conservar esa diversidad. Conviene recordar que la conservación de la Naturaleza se ajusta a tres patrones diferentes. El primero es intervencionista: consiste en intervenir activamente sobre los modelos y procesos naturales con un gasto considerable de recursos, reforestando, desbrozando, etc. Cambiando o acelerando los procesos naturales. El segundo, de moda en la actualidad, es el reconstruir el pasado: volver a modelos naturales pre-neolíticos, donde la naturaleza no se ha visto alterada por la agricultura y los animales domésticos. Este modelo ha dado lugar a las introducciones de bisontes, caballos salvajes y castores. La otra forma de conservación es mantener y mejorar los sistemas ganaderos tradicionales que han generado la diversidad actual.
Es este modelo de conservación, que va unido a manejos ganaderos sostenibles, el único que España puede exportar como modelo de conservación a todo el planeta.
La montaña leonesa y en general España a pesar de su alta diversidad biológica no alcanza los valores de diversidad de los ecosistemas tropicales. Sin embargo es uno de los pocos lugares que puede demostrar al resto del mundo que el aprovechamiento de los recursos es compatible con la conservación de la Diversidad Biológica. Algo que ha sido reconocido por la UNESCO nombrado a Luna Reserva de la Biosfera, dentro del Programa Hombre y Biosfera que selecciona lugares donde se puede demostrar que el aprovechamiento de los recursos es compatible con la conservación y con el desarrollo económico. Sin embargo, no se puede esperar que haya un cambio en la Política Europea para favorecer el tipo de ganadería extensiva que se practica en las montañas de Luna si no somos capaces de demostrar sus beneficios ambientales con cifras y datos. Para ello es imprescindible favorecer la investigación y la educación. Investigación enfocada a conocer como son los procesos que han dado lugar a que una ganadería extensiva y pastoreada dé lugar a un aumento de la biodiversidad, y qué tipos de ganadería y rotación de pastos son más adecuados para un desarrollo sostenible.
Algunos trabajos hechos aquí en Luna ponen de manifiesto la relación: ganadería trashumante y riqueza de especies, pero hay que avanzar más explicando los procesos por los cuales se produce esta causa efecto ganadería-diversidad biológica.
En cualquier caso también existe un déficit en la educación que transfiera esos conocimientos a la sociedad. Educación que es herramienta fundamental para el desarrollo de Luna. Hay que reconducir la atención de los programas educativos de manera que se permita a los profesores y alumnos proteger la biodiversidad y explicar el porqué en un mundo con cerca de ochocientos millones de personas que pasan hambre, y donde el cambio climático y la escasez de agua crearán serios problemas ambientales, la ganadería extensiva y singularmente la trashumante son necesarias. La cuestión de la biodiversidad debe introducirse o desarrollarse en las escuelas con planes de estudios adecuados.
Luna y la montaña de León fue en el siglo XIX y hasta mediados del XX un lugar donde la educación se desarrolló de manera extraordinaria, de aquí salieron eminentes maestros y profesores a toda España. Y ya que estamos en este punto vaya mi último agradecimiento hacia estos maestros de Babia y Luna. Al babiano Abelino Pérez Geijo(7) compañero de estudios de mi madre, ya fallecido, que se preocupó activamente por mi formación y educación biológica. Y que me inculcó ese espíritu de diálogo y de escuchar a los demás, siempre tan presente en él. Mucho le debo. Y a otro pastor mayor el luniego Guillermo Suarez(8), aquí presente, compañero de mi padre, que con su sola presencia me recuerda aquellos valores de una generación de españoles que con un enorme sacrificio lucharon ardientemente por la enseñanza y la educación.
Y retomando la educación, hay que señalar que mantener un sistema de pastoreo tradicional no consiste en permanecer inmóviles e inactivos. Por el contrario consiste en ser más activos y cooperativos. Vuestros hijos deben tener una alta formación y educación para afrontar los retos de la ganadería actual. Una mayor formación hará que la ganadería afronte el futuro con esperanza.
Hoy en día, bien lo sabéis, para llevar adecuadamente una explotación ganadera tradicional se necesita una alta formación, no sólo para llevar los papeles y conseguir subvenciones, sino para manejar el ganado y encontrar formulas cada vez más productivas y sostenibles y lo que es más importante defender con la razón un sistema de explotación que es compatible con un mundo que cambia rápidamente.
Los pastores de León eran contratados por las grandes ganaderías como mayorales y encargados de las mismas no sólo por su conocimiento del ganado y de la montaña sino por saber de números y letras. No olvidéis que la educación es el pilar fundamental de vuestro futuro como ganaderos y que la montaña de León destacó siempre por su nivel educativo.
Sin este nivel educativo, seremos incapaces de convencer a las administraciones que ganadería intensiva y extensiva deben tener normativas distintas y modelos de comercialización diferentes. La ganadería extensiva da lugar a beneficios ambientales que no repercuten en una mejora económica para ésta. Producen alimentos saludables de forma artesanal que se comercializan de la misma manera que los intensivos de carácter más industrial. El consumidor debe conocer perfectamente de donde proceden sus alimentos y que beneficios tiene cada modelo productivo. La política agraria tiene que encontrar formulas para pagar adecuadamente los servicios ambientales que produce la ganadería extensiva de montaña. Pero para eso es también necesario una mejor coordinación y un mayor cooperativismo entre los propietarios de ganaderías extensivas.
Como Pastor Mayor y embajador de los pastores de Montes de Luna desde ahora tenéis mi firme compromiso de que emplearé los esfuerzos necesarios para unir los mundos de la conservación de la naturaleza y la ganadería. Explicar en todos los foros que la ganadería extensiva y la trashumante es la única viable en un mundo donde los recursos se agotan. Poner en valor los productos que la ganadería extensiva provee e intentaré poner en el lugar que corresponde a la honrada profesión de ganadero y pastor de los Montes de Luna.
Muchas gracias.
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1.- Solís Fernández Taxidermista de Matarrosa del Sil; Domingo Calvo alimañero, lobero, y cazador de Puente Piedra de Caso; Pepe el de Fresneda (José Gutiérrez). Guarda, lobero, y alimañero de Freneda; Mauro Madrigal, cazador, alimañero y lobero de Murias de Paredes; Ángel de la Mata, guarda, de El Rebollar; José Calvo, Guarda del RN de Reres, de Soto de Caso; José Menéndez Rodríguez alimañero de Cabañaquinta; Manuel Rodríguez Feito Guarda de La Peral-Caunedo; Saturnino Rodríguez Cadenas, cazador y alimañero, de Moal; Jaime de Diego, Guarda, de Caño; Toni Pardo, Taxidermista de Villablino; Carlos Lage, Taxidermista de Cistierna, Paulino Blanco taxidermista de Ponferrada.
2.- Cándido Rodríguez de Palacios de la Valduerna, Longinos Álvarez de Riolago de Babia. Abel Fernández de Villadangos de Arbás. Adolfo y Santiago Álvarez Bango de Robledo de Caldas. Antonio, José y Manolo Morán de los Barrios de Luna. Elias Álvarez de Villagusán. José Miguel Diez de Robledo de Caldas. Manuel Fernández de Genestosa. Marcelino Garcia de Robledo de Caldas. Abel Florez de Castrillo de las Piedras. Andrés Alonso de Aralla de Luna. José Miguel Bango de Abelgas de Luna. José Luis Suarez de Huergas de Babia. Eladio Tascón de Villadangos de Arbás. Leandro Flores de Curueña de Omaña.
3.- Sixto Martínez de Valseco. Es un ganadero que tuvo que migrar a Villablino por la desaparición de pastos en Valseco y Matalavilla por la creación de un embalse. Tuvo una de las últimas ganaderías extensivas de leche, que se ordeñaban en las brañas, actualmente tiene una ganadería extensiva de Vaca Roxa (Asturiana de los Valles) ha sufrido también la construcción de las minas de cielo abierto en su municipio.
4.- Gregorio Fidalgo Tejedor de Abelgas de Luna tiene una explotación trashumante de oveja merina y una de las pocas en España de oveja merina negra. Cría mastines que trabajan con el ganado en tierras de lobo y oso, pero aplicando las técnicas modernas de selección genética y cría de perros. Su esposa Violeta Alegre fue la primera Leonesa que consiguió, después de luchar mucho, la titularidad compartida con su marido de la explotación ganadera.
5.- Amadeo Alejandre. Criador de Mastín desde los años 60 hasta la actualidad, ha sido el primer criador profesional del Mastín, empezó con perros del Conde de la Oliva (Ganadería Granda de Trujillo) y de diversos ganaderos trashumantes. En la actualidad la casi totalidad de perros que se exponen en concursos tienen sangre de los mastines que crió. Es el primer criador de perro leonés de pastor (carea leonés)
6.- Santiago Reig. Doctor en Biología, estudió en Madrid, Polonia y EEUU. Especialista en morfometría geométrica trabajaba en el Hospital Gregorio Marañón falleció debido a una caída en la montaña de Luna.
7.- Avelino Pérez Geijo de Huergas de Babia, Catedrático de Instituto, Biólogo y Farmacéutico de una generación brillante, la generación de 1952, de la que salieron numerosos catedráticos de Universidad en España y EEUU y profesores del CSIC como Manuel Losada, Gonzalo Giménez Martín, Manuel Ruiz Amil, José Antonio Cabezas, Julio Rodríguez Villanueva, José María Recio, Eugenio Laborda, Joseph Benamán, Ramona Beltrán, Carmen Alvarado y mi madre Mª Rosa Villarejo Gorría.
8.-Guillermo Suarez de Sena de Luna, Catedrático de Veterinaria. Es académico de Número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, de la Real Academia Nacional de Medicina, y de la Real Academia de Doctores de España. Fue decano de la Facultad de Veterinaria de Madrid y decano de la Facultad de Farmacia de Barcelona en el tiempo que mi padre Antonio Doadrio fue Decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.
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